viernes, 7 de octubre de 2005

El vino

Es curioso -por decir lo menos- el gusto que tiene la gente por beber vino. Personalmente no es de mis bebidas favoritas, pero bebo si la ocasión lo amerita.
El vino es aromático y envolvente. Tiene personalidad. Es completamente dúctil. Es para conversarlo con amigos o para beberlo solo. Tiene cuerpo y espíritu.
Hay vinos de sabor aterciopelado, áspero, armónico, herbáceo o ardiente.
Los hay dulces, ácidos, mezclados, varietales y de reserva
¿Por qué el vino? Porque desde un tiempo hasta ahora gracias a mi trabajo he conocido una infinidad de cepas y viñas. Admito que era bastante ignorante en la materia enóloga, pero luego de leer las contra etiquetas con esas definiciones de aromas y texturas que -inevitablemente- invitan a degustar me di cuenta que la cultura vinícola que regularmente manejamos es muy pobre. Rara vez se sale del chardonnay o del merlot y de las marcas comunes que encontramos en los supermercados.
Cómo no va a ser sugerente leer:
"Este Cabernet Sauvignon fue producido con uvas seleccionadas y envejecido en barricas de roble francés por un período de 12 meses.
Sorprende su profundo color rojo con aromas a vainilla, pimienta y frutas rojas maduras.
Es un vino de cuerpo medio con taninos potentes, muy balanceado entre madera y fruta, de un agradable y largo final de boca.
Recomendado para acompañar carnes rojas o blancas y en general comidas ricas en grasas."

(o_O)
Creo que es hora de aprender a beber. Afinar el olfato y el paladar y, por lo menos, saber qué beber y cuándo.
Me causa gracia que después de haber escrito todo esto, mi gusto por el vino no haya cambiado. Sigo siendo de las que prefiere un Tom Collins en vez de un buen Merlot, Gewüstraminer o Rossé... bueh.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me molesta profundamente cuando las personas empiezan a dar explicaciones y comentarios pseudo entendidos sobre el vino y esas cosas. Me molesta esa parafernalia, por eso siempre prefiero la cerveza, directa, ruda, sin atavíos ni adornos linguísticos, solo la sonrisa y un ruido sordo de satisfacción al final de cada trago.

1:16 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

no creas,los parafernálicos hacen lo mismo cuando piden cerveza, que cosecha, qué cepa, qué tipo de no se que...he vivido esa vergüenza con uno que otro "exquisito"...de ahí pido mi Escudo, por supuesto :)
Mi Empe está más rica que el vino!!

1:06 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ostras, acepto el comentario, no odio el vino (aunque si prefiero la cerveza) ni siquiera a sus consumidores, sino a los parafernálicos que son un as a la hora de echar a perder un buen momento de esparcimiento

10:45 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

a mi me encanta el vino. es más, me encanta el vino con cuerpo. cuerpo? no el cuerpo de las etiqutas; sino el cuerpo de aquel vino recien sacado del tonel, como me dio un amigo alla en mi ciudad. eso era vino, no esas maraquerias que uno compra. Aunque debo admitir, me encantan las cosas con cuerpo, textura; un vino espeso, un trago de whisky bien denso; una mezcla de alcoholes (que por muy pop y de moda su nombre pueda ser) con sabor y buen color; una buena sopa; los tragos BIEN preparados... lo siento, Empe, pero su aguado Tom Collins,.... mmmm.... nop.

2:18 p. m.  

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