lunes, 31 de octubre de 2005

Cómo hacer ukemis y no morir en el intento

Lejos lo más difícil del aikido es saber cómo caer luego de un ejercicio... ya lo saben mis codos, rodillas y -sobre todo- mis hombros...
No es nuevo para la mayoría la noticia de que practico regularmente aikido desde hace un par de meses, lo que sí es novedad es que ya me siento lista para dar mi primer examen de progresión de grado. Han sido semanas intensas e ilustrativas y me siento muy segura y preparada, y no puedo evitar hacer un recuento desde el día en que puse por primera vez un pie en el tatami...
Fue un día sábado (y era mi clase gratis). Me tocó de compañera en la mayorìa de los ejercicios una niña de unos 12 años que se empeñó en enseñarme para poder -ella misma- hacer la técnica correctamente y no lesionarse (ni a mí). Luego de la clase noté de inmediato mi pésimo de estado físico y -a pesar de no ser un arte marcial "duro"- sentí en mis huesos y articulaciones, cual viejecita reumática, el maltrato que les dí por no saber hacer un ukemi decente.
Al final de la clase, sensei me preguntó si me quedaría a la práctica de armas que comenzaba en ese momento... obviamente me negué, explicándole que tenía compromisos que atender (no iba a decirle que me sentía completamente torpe, y que lo único que hice en la clase fue dar bote -literalmente- ).
Desde ese día supe que el aikido era lo mio. Me inscribí de inmediato y comencé el lunes puntualmente. Aún me dolía el cuerpo por el ejercicio del sábado, pero llegué muy feliz y dispuesta a aprender.
Entonces me fijé en lo que no había considerado el fin de semana: los muchachos no caían como "saco de papas" luego de una proyección, sino que "rodaban" por el tatami para incorporarse nuevamente y tan suave como durante la caida. Ahhh, eso era ... "se llama ukemi" me dijo un compañero y desde entonces no lo he olvidado... es como una "vuelta de carnero", pero de medio lado... no hay golpe, es suave y permite incorporarse de inmediato. Aprendiendo eso, tenía medio camino hecho... y me dediqué a practicarlo.
Image hosted by Photobucket.com Definitivamente era la solución. No hay dolor, así que hay más disposición y atención en aprender las técnicas en vez de sobarse los hombros (¿comenté que me tomaba los ibuprofenos como quien toma vitamina c?).
Bueno... el sábado doy mi exámen para 6ºkyu. En cuanto pueda, publico fotos. (^_^)
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[EDITADO PARA AGREGAR]
Dí mi exámen. Me preparé muchísimo, y al final me traicionaron los nervios. Me supe todas las técnicas, pero las hice atravesadas... me pedían una y hacía otra... Sensei solo sonreía y al final dijo que el saberse los nombres era secundario, que el desarrollo de la técnica era lo principal y que estaba en un muy buen nivel para el grado, pero no me convenció... sentí que me regalaron el grado y he estado muy triste por ello. Más encima, no me tomaron fotos (-_-).
El próximo exámen será mejor.
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viernes, 7 de octubre de 2005

El vino

Es curioso -por decir lo menos- el gusto que tiene la gente por beber vino. Personalmente no es de mis bebidas favoritas, pero bebo si la ocasión lo amerita.
El vino es aromático y envolvente. Tiene personalidad. Es completamente dúctil. Es para conversarlo con amigos o para beberlo solo. Tiene cuerpo y espíritu.
Hay vinos de sabor aterciopelado, áspero, armónico, herbáceo o ardiente.
Los hay dulces, ácidos, mezclados, varietales y de reserva
¿Por qué el vino? Porque desde un tiempo hasta ahora gracias a mi trabajo he conocido una infinidad de cepas y viñas. Admito que era bastante ignorante en la materia enóloga, pero luego de leer las contra etiquetas con esas definiciones de aromas y texturas que -inevitablemente- invitan a degustar me di cuenta que la cultura vinícola que regularmente manejamos es muy pobre. Rara vez se sale del chardonnay o del merlot y de las marcas comunes que encontramos en los supermercados.
Cómo no va a ser sugerente leer:
"Este Cabernet Sauvignon fue producido con uvas seleccionadas y envejecido en barricas de roble francés por un período de 12 meses.
Sorprende su profundo color rojo con aromas a vainilla, pimienta y frutas rojas maduras.
Es un vino de cuerpo medio con taninos potentes, muy balanceado entre madera y fruta, de un agradable y largo final de boca.
Recomendado para acompañar carnes rojas o blancas y en general comidas ricas en grasas."

(o_O)
Creo que es hora de aprender a beber. Afinar el olfato y el paladar y, por lo menos, saber qué beber y cuándo.
Me causa gracia que después de haber escrito todo esto, mi gusto por el vino no haya cambiado. Sigo siendo de las que prefiere un Tom Collins en vez de un buen Merlot, Gewüstraminer o Rossé... bueh.

jueves, 6 de octubre de 2005

...y que me trajiste?

A veces me pregunto qué gracia tiene obsequiar sin esperar retribución.
Sinceramente siempre, en lo más profundo de mí, espero algo a cambio (aunque sean "las gracias"), y a pesar de tener cara de "uhhh, para qué te molestaste?" en realidad pienso [pensamos] "vaya, ya estaba bueno que se acordaran de mí".
¿Para qué ser hipócrita, si a todos no gusta recibir regalos? ¿Para qué hacerse la "niñita bien educada" si cuando nadie nos ve igual le metemos el dedo al pastel? ¿ah?
Todo esto es un desahogo porque espero hace 9 años que terminen un comic para mí... porque necesito que me escriban un poema y que me regalen una flor cortada de algún jardín ajeno...
Hoy estoy triste.

lunes, 3 de octubre de 2005

Treat Or Trick...?

Con todo esto de Halloween recordé el reciente incidente duendístico en mi casa... evento que, como varios saben, no involucraba para nada a algún ser elemental o algo parecido (a no ser que al duende le guste ver sus películas en dvd... :S )
Esto parece una broma de mal gusto y la verdad es que me tiene muy angustiada.
Ayer vino la dueña de la casa (si, el castillo es arrendado... ustedes saben, la economía y esas cosas...) y la verdad es que la idea de tener que desembolsar dinero para asegurar mejor la casa (protecciones en la mampara de atrás, cambio de cilindros en las puertas y eso) no le pareció muy bien. Frases como "viví 30 años acá y NUNCA me pasó algo parecido" las escuché tantas veces que incluso las oía cuando ella no decía nada... y si a eso le sumamos el "maestro" que llevó para cotizar las dichosas protecciones (que, de pasada era más porfiado que ella), podrán ver que el día de ayer no fue de los mejores.
Lo bueno es que la dueña tiene a su sospechoso y pondrá una denuncia formal.
Lo malo es que -mientras tanto- debemos pagarle a un amigo para que cuide la casa durante el día.


Si tan sólo fuera tan buena bruja como Hannitah y viera quién diantres entró a mi hogar...
Mientras tanto, espero. La justicia tarda, pero llega (por lo menos esa es la pomada que nos hacen comprar...)